Estaba cursando la escuela secundaria, cuando surgió la idea de poner en marcha un emprendimiento teatral...
Fueron duros los comienzos. Evidentemente, nosotros los alumnos -muy adolescentes-, nada sabíamos de aquello que nos esperaba... Contaminados de rebeldía y de inconsciencia, muy poco cumplíamos con las instrucciones del Director.
Sin embargo, prácticamente, a último momento... ocurrió. Hubo un click!, una instancia. Ocurrió cuando nos pusimos las vestimentas de la obra. Fue el momento de la gran transformación, y la emoción fue creciendo, hasta hacerse mayúscula, gigante...!
Y empezó entonces la primera función, en los escenarios naturales de un bellísimo chalet ubicado en la localidad de La Emilia (a 15 kilómetros de San Nicolás, aproximadamente)...
Todo parecía un gran juego...
Perdí la noción de las horas de ensayo que implicó hacer esta obra... pero valió la pena. La repercusión en el pueblo fue inmediata, y los aplausos nos acompañaban en los distintos rincones de La Emilia
Nunca olvidaré, especialmente, el momento de "El linchamiento", cuando Gastón organiza a la comunidad para ir en busca de la Bestia... El decide acabar personalmente con el monstruo. No se daba cuenta que el odio, lo estaba volviendo loco...
El desequilibrio conduce el exterminio.
Fue realmente maravilloso haber personificado a Gastón. Hizo que buscará en mí, aspectos que no conocía... El teatro te conduce a lugares insólitos! (nuestros caminos del interior)
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